A veces cuando me siento solo y triste empiezo a necesitar, a pedir. Me
lastimo, necesito auto flagelarme, aunque… no físicamente, si no mental. No sé
si mi adolescencia tiene qué ver, no sé si estoy siendo egoísta, no sé si es
que quiero llamar la atención… y la verdad qué no me importa. Necesito
idealizarte ahora, es la única manera de aguantar, ¡já! También es la única manera
qué tengo de ponerme triste momentáneamente, supongo qué sos mi excusa
perfecta. Suspiro y no me salen las palabras, no me llega el aire por completo,
quiero estar sedado para no sentir ni pensar… en fin, dormir por muchas ,
muchas horas.
Pero me vuelvo a
acordar de tu cara y de tus ojos, tu acento tan ingles y tan perfecto, de tu ropa
media vieja y tus cervezas de todos los días… y me digo otra vez… por qué no
sos lo qué yo quiero que seas… entre suspiros me respondo, vos sos lo qué sos,
lamentablemente, y no lo qué yo quiero. Sí, sos un idiota existencial. Un
hipócrita y un mediocre, no sé, pienso qué quizás, Argentina te cambio, o vos
te dejaste cambiar por Argentina, quizás fuiste muy débil… o en fin, quizás
siempre fuiste lo qué fuiste, solo vos, solo vos.
Es triste y algo patético acordarte de alguien cuando estás
mal, imaginar qué esa persona te rescata de tu dolor y te lleva a otro lugar,
al lugar qué vos tanto necesitas. Yo suelo relacionarlo y a veces compararlo con un ‘dios’, la forma en qué lo buscamos
cuando estamos sufriendo, la forma en qué lo recordamos solo cuando queremos
qué algo nos vaya bien o simplemente sentirnos felices. Vuelvo a repetirlo… patético.
REFLECCIÓN: No idealices a NADIE más qué solo a vos mismo- No
te enamores nunca de un Héroe, no todo
es lo que parece- AMATE sin importar lo qué carajo seas- Nunca es el fin del
mundo- Tu vida no depende de NADIE más que de VOS mismo/a
fin